Historia y curiosidades de La Puerta de Alcalá

Casco de moto con pegatina de Honra2 y la Puerta de Alcalá en segundo plano

¡Mírala, mírala, mírala…! Seguro que sabes de memoria la canción que en su honor popularizaron en los 80 Ana Belén y Víctor Manuel. Seguro que has pasado más de cien veces por la Plaza de la Independencia, has visto imponente el monumento de La Puerta de Alcalá y, muy probablemente, no sabrás mucho acerca de su historia y construcción.

Historia Puerta de Alcalá

La Puerta de Alcalá fue inaugurada en 1778 bajo el reinado de Carlos III, el encargado del proyecto fue el arquitecto italiano Francesco Sabatini. El nombre de la puerta de Alcalá, al igual que la calle, se debe a que era el camino utilizado para ir a Alcalá de Henares.

Anteriormente, existía otra «Puerta de Alcalá», construida de ladrillo y emplazada en el cruce de la calle Barquillo con Alcalá. A esta primera puerta, se la conocía popularmente como «Puerta de la peste de la calle Alcalá«,  pues se utilizó como punto de cierre a la población de Madrid durante la peste que azotó a Madrid durante el siglo XVI. Esta antigua puerta fue, primero adelantada hacia el cruce de la Calle Alcalá con Alfonso XI, y, posteriormente, derruida para construir la que conocemos en el emplazamiento actual.

En la época en la que construyó, seguía teniendo muros a sus lados que rodeaban la ciudad y funcionaba como una auténtica puerta, junto con las otras 5 puertas de Madrid (Segovia, Guadalajara, Toledo, Atocha y Bilbao), cerrándose todos los días al atardecer. Los muros no se derribaron hasta 1869.

La puerta de Alcalá fue el primer arco del triunfo construido en toda Europa tras la caída del Imperio Romano.

Es de estilo neoclásico y consta de 5 vanos, 3 con arco de medio punto y 2 con arco adintelado. Está construida en piedra caliza procedente de Colmenar Viejo.

Dispone de dos caras distintas. Este inusual hecho fue provocado porque, inconscientemente, Carlos III aprobó dos proyectos distintos y, como en aquella época contradecir a un Rey no era habitual, el encargado de la ejecución realizó una mezcla de ambas. La fachada por la que se accedía a Madrid, más rica en decoraciones y ornamentos, estuvo a cargo del escultor español Francisco Gutiérrez. Mientras que la fachada interior, que se utilizaba como salida de la ciudad, más sobria y sencilla, fue realizada por el francés Roberto Michel.

La Puerta de Alcalá sigue siendo Cañada real, de hecho, sigue existiendo un mojón que así lo acredita

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