Cocinas en negro, una tendencia en alza

El blanco siempre ha sido el color más utilizado, tanto para los muebles como para el alicatado en las cocinas de todo el mundo.

En las viviendas construidas a partir de los años 50 y 60 del pasado siglo, las cocinas, por regla general, pasaron a ser una estancia “de segunda”. Se proyectaban con los metro justos y necesarios para realizar la función para lo que estaban diseñadas: cocinar.

Esos metros restados a las cocinas se agregaban al salón o el comedor, para crear en ellos un espacio más amplio para el disfrute de las familias en su vida diaria y sus reuniones.

Al ser las cocinas espacios más pequeños, se utilizaba el blanco para aportar la luminosidad que, en la mayoría de ocasiones, la estancia carecía.

A partir de finales de los años 80 y principios de los años 90 esa tendencia comenzó a cambiar. Gracias a la influencia de las viviendas norteamericanas, donde las cocinas eran parte principal de la vivienda y la vida familiar se desarrollaba en ellas e, incluso, cocina y salón compartían espacios, también en nuestro país empezó a otorgar a las cocinas la importancia que estos espacios merecen.

Cocinas en colores oscuros comienzan a ser tendencia.

Debido a que las nuevas construcciones comienzan a darle metros a las cocinas y, que, en la mayoría de las reformas en Madrid realizadas a lo largo de este periodo se empieza a unir cocina con salón o convirtiendo la cocina en un espacio importante de la vivienda, se comienza a experimentar con otros colores para las cocinas.

Gracias a su elegancia y modernidad pronto las cocinas en negro se convierten en tendencia. Pero no es un color para cualquier cocina.
Para que la cocina en negro luzca al máximo y no produzca un efecto de ahogo o claustrofóbico, esta debe de tener una buena amplitud y, sobre todo, una excelente iluminación (tanto natural como artificial).

Combinar cocinas en negro con otros colores

Una óptima manera para resaltar el color negro de las cocinas es combinarlo con otros colores. Bien sea con otros muebles o con detalles de la misma cocina, como molduras, tiradores o frontis. Los blancos, dorados o naranjas combinan muy bien con el negro.

Así lo hicimos en esta reforma que realizamos en la calle Goya de Madrid. En la que el blanco y el negro se combinan para crear un conjunto espectacular.

reforma cocina en piso en calle Goya

 

En esta vivienda en el barrio de retiro con cocina americana, la encimera en blanco calacatta de la marca Neolith resalta al máximo y hace que luzcan, aún más, los muebles en negro de la cocina.

cocina en negro con encimera en blanco
 

Ahora que has visto las posibilidades ¿Te atreverías a poner tu cocina en negro?

Historia y curiosidades de La Puerta de Alcalá

Casco de moto con pegatina de Honra2 y la Puerta de Alcalá en segundo plano

¡Mírala, mírala, mírala…! Seguro que sabes de memoria la canción que en su honor popularizaron en los 80 Ana Belén y Víctor Manuel. Seguro que has pasado más de cien veces por la Plaza de la Independencia, has visto imponente el monumento de La Puerta de Alcalá y, muy probablemente, no sabrás mucho acerca de su historia y construcción.

Historia Puerta de Alcalá

La Puerta de Alcalá fue inaugurada en 1778 bajo el reinado de Carlos III, el encargado del proyecto fue el arquitecto italiano Francesco Sabatini. El nombre de la puerta de Alcalá, al igual que la calle, se debe a que era el camino utilizado para ir a Alcalá de Henares.

Anteriormente, existía otra «Puerta de Alcalá», construida de ladrillo y emplazada en el cruce de la calle Barquillo con Alcalá. A esta primera puerta, se la conocía popularmente como «Puerta de la peste de la calle Alcalá«,  pues se utilizó como punto de cierre a la población de Madrid durante la peste que azotó a Madrid durante el siglo XVI. Esta antigua puerta fue, primero adelantada hacia el cruce de la Calle Alcalá con Alfonso XI, y, posteriormente, derruida para construir la que conocemos en el emplazamiento actual.

En la época en la que construyó, seguía teniendo muros a sus lados que rodeaban la ciudad y funcionaba como una auténtica puerta, junto con las otras 5 puertas de Madrid (Segovia, Guadalajara, Toledo, Atocha y Bilbao), cerrándose todos los días al atardecer. Los muros no se derribaron hasta 1869.

La puerta de Alcalá fue el primer arco del triunfo construido en toda Europa tras la caída del Imperio Romano.

Es de estilo neoclásico y consta de 5 vanos, 3 con arco de medio punto y 2 con arco adintelado. Está construida en piedra caliza procedente de Colmenar Viejo.

Dispone de dos caras distintas. Este inusual hecho fue provocado porque, inconscientemente, Carlos III aprobó dos proyectos distintos y, como en aquella época contradecir a un Rey no era habitual, el encargado de la ejecución realizó una mezcla de ambas. La fachada por la que se accedía a Madrid, más rica en decoraciones y ornamentos, estuvo a cargo del escultor español Francisco Gutiérrez. Mientras que la fachada interior, que se utilizaba como salida de la ciudad, más sobria y sencilla, fue realizada por el francés Roberto Michel.

La Puerta de Alcalá sigue siendo Cañada real, de hecho, sigue existiendo un mojón que así lo acredita

Instalación de suelo radiante

Instalación de suelo radiante

Instalación de suelo radiante

Aunque pueda parecer novedoso, el sistema de calefacción por suelo radiante se remonta a casi 2000 años de antigüedad. En algunos edificios de la antigua Roma, existía un rudimentario, pero eficiente sistema de calefacción consistente en un horno que desprendía calor a las estancias del edificio a través de unos agujeros realizados en el suelo. Ya en nuestro país, unos siglos mas adelante (desde la edad media hasta entrado el siglo XX) hubo un sistema de calefacción a través de una chimenea externa en los domicilios cuyo tiro no era inicialmente vertical, si no que era horizontal y atravesaba la casa calentando el frío suelo para salir definitivamente por el otro extremo.

Basándose en estas ideas de nuestros ancestros, desde mediados de los años 70 se está implementando poco la calefacción por suelo radiante en nuestro hogares.

Es un sistema fácil de instalación y que aporta múltiples beneficios. Se trata de un sistema de tuberías dispuestas de manera uniforme y apoyadas sobre un material aislante (tal y como se puede ver en las imágenes de una reforma realizada por nuestro equipo en un piso en Madrid) que quedan por debajo del suelo y están conectadas a la caldera doméstica (como la calefacción convencional por radiadores).

antes y después Instalación de suelo radiante en Madrid

Beneficios del suelo radiante

  • Al precisar de menor temperatura que la calefacción por radiadores, no es necesaria una caldera especial ni de mayor rendimiento.
  • Se trata de un calor más uniforme al estar la práctica totalidad de la casa cubierta de tuberías suministradoras de calor.
  • Es un calor más agradable, pues va desde el propio suelo al techo
  • Se ganan espacios útiles al domicilio, al eliminar los molestos radiadores que permiten recolocar muebles y rediseñar espacios.
  • Es un sistema más eficiente y respetable con el medio ambiente al necesitar menor gasto energético.

Qué debes tener en cuenta para instalar suelo radiante en tu domicilio

  • La inversión económica es mayor que la del sistema tradicional, pero a la larga, dicha inversión es recuperable.
  • Al necesitar de levantar los suelos y algunas rozas en pared, es recomendable la instalación de suelo radiante en el marco de una reforma integral
  • Al tratarse de un sistema de calefacción eficiente, es recomendable para domicilios destinados a residencia habitual cuyo funcionamiento sea constante y diario.
  • Necesita de una elevación de suelo de entre 10 y 12 centímetros

Si este invierno quieres disfrutar de un ambiente agradable en tu hogar, eliminar los radiadores y ganarle espacios útiles a tu domicilio, ponte en contacto con nosotros.

La Historia del ladrillo

La Historia del cemento